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CRÓNICA DE UNA GUERRA PROPIA

diarioenfoque

Frank Nicolás Neciosup Muñoz - 48 años


Frank esposo de mi tía Pilar Murillo Rodríguez, ambos residentes en Madrid; es desde hace 15 años analista de sistemas del banco BBVA en dicha ciudad de España. Como es sabido en Europa el 15 de marzo se declaró el estado de alarma pero por la cantidad de casos y el panorama tan devastador que se veía en todo el mundo, ambos decidieron entrar en cuarentena desde el 10 de marzo, salvo Frank ya que su jefe solo ordenó que sigan trabajando él y un compañero. Vale mencionar que mis tíos viven en un edificio en Fuenlabrada a 30 minutos en tren de Madrid Centro, los viajes de ida al banco y vuelta a casa, el tipo de contaminación al que mi tío Frank estuvo expuesto desde que comenzó oficialmente la cuarentena en Madrid hasta el día 1 de abril que por decisión propia decidió alzar voz y decirle a su jefe: ¡Basta!, estoy exponiéndome demasiado, quisiera porfavor hacer teletrabajo ya que estoy empezando a sentirme un poco mal, y por insistencia cedió. A los dos días de empezar el trabajo desde casa, mi tío empezó a tener problemas en su respiración, fiebre y malestar de cuerpo, con remedios caseros (kion, cebollas, etc) mi tía quiso combatir con cualquier tipo de resfrío o en el peor de los casos el COVID – 19. Al pasar los días la salud de mi tío empezó a empeorar mucho más, el miedo abundaba en él y en toda España en aquella fecha, el miedo y la ansiedad era demasiado; tanto que era un horror llamar al hospital porque eso te aseguraba la muerte. Así fue el caso de mi tío que decidió esperar hasta lo último que pueda resistir en casa, encerrado en su cuarto alejado de mi tía, haciendo gárgaras con sal, poniendo cebollas en todas las esquinas de su departamento, inhalando el humo de un preparado de kion, eucalipto y limón, pero solo 1 día más resistió.

Llamaron al hospital, explicaron los síntomas y en unas horas pasaron por él, este hecho fue realmente triste, médicos y enfermeras cubiertos de batas, mascarillas y todo una indumentaria especial para el caso llegaron y esto en todo el edificio fue un escándalo, los vecinos salieron a ver quien era el infectado, su familia y demás; ni hablar de los sentimientos de mi tía al ver ir sin tener idea de cuando volvería verlo porque allá era así, una incertidumbre tremenda. Efectivamente Frank contrajo el virus del COVID-19, siendo atendido con el protocolo anterior, respirador y antibióticos; a la distancia familiares y amigos nos unimos en una profunda oración constante a Dios y nuestra Madre, hicimos cada uno de nosotros sacrificios para su mejoría.

Al transcurrir los días, las noticias no fueron buenas ya que también presentaba un cuadro de neumonía, los doctores le comentaban a mi tía que el estado de Frank era crítico, ya que tenía sobrepeso y algunas enfermedades que cargaba desde años a raíz también de la obesidad; mi tía en casa no tenía como abastecerse de alimentos y recursos de primera necesidad ya que era mi tío quien iba a hacer las compras, pero la fe jamás cayó en todos nosotros.

Estuvo en estado crítico una semana, a la siguiente dentro de su gravedad presentó leves mejoras, disminuyéndole la cantidad de oxigeno, a la par su hija Carla quien vive con su mamá en Barcelona empezó a presentar algunos síntomas del virus y la preocupación era aún mayor ya que lamentablemente su madre no es una persona de cuidado ya que sufre de vicios; esto significó una caída en leve mejora de Frank.

Luego de dos semanas bastante críticas para la salud de mi tío, por fin se dió a conocer que había superado el virus pero se había quedado con neumonía, lo que quedaba era tratarla, la familia nunca decayó en oraciones y en esos momentos tampoco, la cantidad de oxigeno que le proporcionaban era mucho menor, ya se levantaba de la camilla, se lavaba y podía hablar con cierta dificultad.

El 05 de mayo, después de un mes le dieron de alta, llegando a casa tuvo que mantener por 15 días el distanciamento de mi tía, aún con oxigeno y medicamentos. Frank ha sido siempre fiel creyente de Dios y nuestra Madre pero ahora, es un gran devoto de la Virgen María, puesto que él asegura ella lo salvó y se encomendó a ella desde que contrajo el virus. Bajó más de 10 kilos y su apariencia es acabada.


Redactado por: Fernanda Torres Murillo



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