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El nivel de inseguridad se está elevando y preocupa a los comerciantes y consumidores, pese a la situación que está enfrenta el distrito, por disminuir el contagio sobre la covid-19. Los afectados expresaron sus quejas sobre la falta de seguridad en la Comisaria y oficina de Seguridad Ciudadana, cuando hay actividad en el mercado central.
La presencia de consumidores que, en su mayoría son féminas, son las más vulnerables por los delincuentes. Madres de familia temen salir por su seguridad a realizar sus comprar y ser nuevas o nuevamente victima por la inseguridad.
Un local de productos de primera necesidad, perteneciente a Gilmer Villanueva Rojas, de 57 años, ubicado frente a la puerta principal del mercado, sufrió un intento de asalto aproximadamente 10 días, los facinerosos no realizaron con éxito el atraco. El dueño desde ese entonces toma sus propias medidas de seguridad, por la falta de presencia por los miembros del orden. Junior Fernández Jara, de 34 años, quien tiene un local aledaño de reparación de vehículos, cerciora lo mencionado de Gilmer, también fue víctima de un asalto fallido.
Lamentablemente la realidad ante esta inseguridad tiene una respuesta nefasta. A comienzo del aislamiento social obligatorio, todos los órganos responsables en mantener el orden y seguridad del distrito, han cumplido con sus responsabilidades como lo dictó el presidente de la Republica, Martín Vizcarra. El mercado central se encuentra ausente de los miembros del orden, siendo este lugar, el foco de infección por la covid-19, que ya se ha cobrado la vida de los pobladores.
A mediados del mes de mayo, policías y serenos fueron infectados por la covid-19, datos oficiales dados por el jefe de Seguridad Ciudadana, Jean Trevejo, tienen como bajos en victimas de infectados a los de seguridad ciudadana, pero se especula que hay más. Como consecuencias, militares y policías de Chimbote quienes fueron en apoyo para acatar el aislamiento, se retiraron por temor a infectarse, algunos serenos renunciaron a sus labores.
Hasta la fecha, quienes siguen laborando, son serenos y policías pertenecientes a la comisaría, el numeró de miembros en conjunto, es escaso, operando únicamente en los sectores del distrito.
Desde el pasado viernes el alcalde Eugenio Jara Acosta, puso en actividad la ronda campesina por las múltiples quejas dadas por los comerciantes y consumidores, su forma severa de laboral de este grupo hará que disminuya la delincuencia en los alrededores del mercado. A pesar de la situación que vive el distrito, los ronderos han aceptado en brindar seguridad a la población.
Redactado por: Ditmar Valle Valdiviezo
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